El 26 de julio de 1953, inicia la movilización del pueblo cubano en respuesta a la grave situación creada por Fulgencio Batista con su golpe de estado del 10 de marzo de 1952, y ante la urgente necesidad de encontrar una salida que permitiera erradicar los males económicos y sociales producto del control estadounidense que se había apoderado de la isla.
Las fuerzas del pueblo, con el joven Fidel Castro a la cabeza, en el año del centenario del nacimiento de José Martí, emprenden una insurrección popular armada, con un plan táctico previamente estructurado donde los sorpresivos asaltos a los cuarteles Moncada, en Santiago de Cuba, y Carlos Manuel de Céspedes, en Bayamo, Granma, constituyen el primer paso de un grupo de personas decididas a armar al pueblo cubano e iniciar una revolución, e inducen el despertar de la conciencia popular para derrocar a un dictador y la potencia que lo sostenía [1]. El Movimiento 26 de Julio, se constituye así, en el hecho histórico que dará inicio a una organización política y militar que gestara al futuro Ejército Rebelde, dirigido por el joven abogado Fidel Castro quien se convertiría en el líder de la Revolución Cubana, consiguiendo la victoria definitiva el 1º de enero de 1959[2].
El pueblo de la nación caribeña rinde honor a la memoria de esa “Generación del Centenario”, que encaró a la dictadura del entonces presidente golpista, Fulgencio Batista, en búsqueda de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales, para acabar con la opresión extranjera, con la miseria, con el desempleo, con la insalubridad y la incultura que pesaban sobre la patria y el pueblo cubano, pero sobre todo para reivindicar los derechos humanos de la población, por una vida digna.
El asalto a los Cuarteles: Los revolucionarios se organizaron en dos comités de dirección: uno militar, al mando de Fidel, y otro civil, dirigido por Abel Santamaría. La operación se realizó con el mayor sigilo y secrecía se trataba de una organización selectiva de los integrantes, se reclutaron campesinos, empleados, profesionales modestos. Eran hombres y mujeres de clase humilde y la mayoría jóvenes; el acto se programó para ese domingo 26 julio, día de festival de carnaval para pasar desapercibidos. En Moncada se organizaron en tres grupos, el primero con Fidel al frente, atacaría la fortaleza. Los otros dos grupos, mandados respectivamente por Abel Santamaría y Raúl Castro, tomarían dos importantes edificios contiguos: el Hospital Civil, para atender a los heridos, y el Palacio de Justicia, desde cuya azotea apoyarían la acción principal. Se dio lectura al «Manifiesto del Moncada», redactado por el joven poeta Raúl Gómez García bajo la orientación de Fidel. Para cerrar con una breve exhortación al grupo revolucionario, la cual inició con una sentencia que se cumplió:
«Compañeros: Podrán vencer dentro de unas horas o ser vencidos; pero, de todas maneras, ¡óiganlo bien, compañeros!, de todas maneras, el movimiento triunfará…”
Así, el asalto de 135 jóvenes combatientes, dirigidos por Fidel Castro; fue el primer ataque insurreccional contra la dictadura. Mientras, en la ciudad de Bayano provincia de Granma, una veintena de jóvenes procedentes de la capital del país dirigidos por Raúl Martínez Ararás aguardaban en un hotel en espera de una orden: tomar por asalto el cuartel de la ciudad el Carlos Manuel de Céspedes. Tomarían el cuartel y las armas, volarían el puente del cruce del Rio Cauto, impidiendo así a los militares acudir en ayuda de la guarnición del Moncada. Sin embargo, el plan no salió conforme lo planeado en ambos cuarteles el número de soldados y armas superaba a los revolucionarios, a pesar de su valentía y dignidad los asaltantes al no poder enfrentar con efectividad el fuego de los militares decidieron retirarse, sin poder tomar la fortaleza del Moncada. Batista decretó el estado de sitio en Santiago de Cuba y la suspensión de las garantías constitucionales en todo el territorio nacional; clausuró el periódico “Noticias de Hoy”, órgano del partido socialista popular, y aplicó la censura a la prensa y la radio de todo el país. Creando las condiciones para lanzar a los cuerpos represivos con violencia y sin riesgo de publicidad contra la rebeldía popular. La orden del dictador fue eliminar a diez revolucionarios por cada soldado del régimen muerto en combate. La masacre se generalizó y fueron asesinados la mayoría de los asaltantes. Los sobrevivientes fueron detenidos tras feroz cacería, enjuiciados y condenados a prisión. [3].
Este hecho marcó la historia de la revolución cubana, el cual influenció a amplios sectores de masas de la isla que comenzaban a radicalizar sus métodos de lucha, repudiando las medidas dictatoriales que mantenían en la miseria al pueblo cubano[4]
Este movimiento que culminó con el ascenso al poder de Fidel Castro, formó parte de un proceso de «conciencia política» peculiar del país, de una serie de revoluciones inconclusas que marcaron la historia anterior de la isla, que, junto a la exacerbación de las condiciones de explotación y abusos hacia la población, llevaron a un sector importante de la población a considerar que el país necesitaba de profundas transformaciones y de democratización. La vida para el grueso de la población era denigrante: pobreza generalizada, analfabetismo, falta de acceso a la salud, desempleo y el hecho de que habían convertido a Cuba en una «neocolonia» y «burdel» de Estados Unidos. Las disparidades entre ciudad y áreas rurales, donde la mortalidad infantil era el doble en el campo que, en la ciudad, si el analfabetismo en la ciudad era del 11%, en el campo era del 40%. Había una desigualdad notable en términos de ingresos y una gran brecha social. Se calcula que para 1958, pese al crecimiento económico, más de 10.000 cubanas se dedicaban a la prostitución, el desempleo afectaba a los sectores más desfavorecidos, la mayor parte de las tierras de Cuba estaban en pocas manos, la corrupción era «una plaga» y el comercio exterior era controlado por el mercado de Estados Unidos, por lo que la isla era la tierra de los campesinos pobres y olvidados y la de las divisiones sociales y raciales. En resumen: El país de los casinos, las prostitutas y las playas. La isla del tabaco y el ron, pero eso si la nación con más autos, televisores y cines de América Latina. Esto, aunado al enojo popular ante la creciente corrupción política, quizás la mayor de la América Latina del momento, y la enorme penetración del capital estadounidense, que asfixiaba a la burguesía local, trajo como consecuencia que un grupo de jóvenes en rebeldía, se levantara contra Batista. Estos hechos de desigualdad son señalados por el propio Castro en su conocido alegato «La Historia me absolverá”-muchas veces referido como el manifiesto de la lucha armada-[5].
Los agravios habían sido muchos y muy antiguos, para ejemplificar mas, ya en 1933, Cuba tuvo el despertar de la primera revolución obrera. La huelga espontánea de los trabajadores comenzó el 4 de julio y fue extendiéndose a los obreros de las azucareras, las tabaquerías, las fábricas, talleres, el comercio, ferroviarios y hoteleros. La Federación Obrera de la Habana y el Congreso Nacional de Obreros Cubanos, hacen el llamado a la Huelga General hasta la caída del dictador Gerardo Machado, quien velaba por los intereses imperialistas de Estados Unidos en la isla. A los 7 días el Gobierno instala la ley marcial.
El imperialismo se apoyó en la formación de un gobierno nacionalista y frente populista de San Martín y Guiteras, este último era jefe del ejército de Fulgencio Batista. Un año más tarde, Batista estaría a la cabeza de un golpe de Estado en 1934 y un segundo golpe de Estado, antiobrero y de mucha inclinación a seguir manteniendo vigentes los acuerdos con el imperialismo. Este segundo golpe de Estado militar cerró el congreso y busco ponerles fin a las huelgas obreras[6].
Batista llegó al poder de la isla. Pero no hizo otra cosa que agravar la ya caótica situación de la población cubana, de manera ilegal gobernó hasta el primero de enero de 1959, día en que, junto a sus más estrechos colaboradores, huyó del país cargado de dinero público. Los cubanos vivieron con Batista bajo una política alarmante y vacía de ética. Era un periodo caracterizado por la represión, la violencia, la persecución y el empeoramiento de las diferencias sociales. De este modo el joven abogado Castro, planteaba la necesidad de luchar contra la corrupción en los marcos de la democracia parlamentaria, con un programa reformista que buscaba la independencia económica para Cuba, su libertad política, y más justicia social, planteaba que al estar rota la democracia, la lucha armada cobraba completa legitimidad. En ese sentido la rebelión del 26 de julio de 1953, tenía como objetivo volver a legitimar la Constitución de 1940 a través de la insurrección popular contra la dictadura, con el asalto al cuartel Moncada y a la pequeña ciudad vecina de Bayam[7] sin enfrentamientos al ejército, sino solo conquistando los recintos militares, desarmar al enemigo y armar al pueblo para levantase a luchar contra los tiranos. Acciones que no lograron su cometido pero cuya trascendencia histórica prevalece e inicio el cambio [8]. Fidel, su hermano Raúl, y otros combatientes fueron juzgados por la dictadura, en donde la auto defensa de Fidel quedó inmortalizada con la frase, “La historia me absolverá” [9].
Posteriormente el “Movimiento 26 de julio”, para marzo de 1956 en México, tomará la defensa de Fidel como parte medular de su programa político. Tras 2 años en prisión Batista les otorga la amnistía y los combatientes cubanos se preparan para volver a la isla, dado que luego del ataque fallido al cuartel Moncada, ganaron mucha popularidad. El odio a la dictadura transformó esta derrota en un triunfo político.
El 1º de enero de 1959 triunfa la Revolución Cubana y marca la derrota del dictador. El llamado a la huelga general fue clave para Fidel Castro: “Fue la huelga general la que destruyó la última maniobra de los enemigos del pueblo; fue la huelga general la que nos entregó las fortalezas de la capital de la república; y fue la huelga general la que dio todo el poder a la revolución.”
Pero también se considera que la modernidad ayudo a su rápida propagación: la concientización de las clases sobre la problemática socio económica y cultural los motivo a buscar no solo un cambio político sino más democracia, dichas reflexiones corrieron velozmente por toda la isla a través de la radio y televisión abundantes en Cuba y favorecieron la adhesión de la población al movimiento revolucionario.
El Movimiento 26 de julio, inició una Revolución que significó para América Latina y el mundo entero un cambio y la gestación de movimientos sociales en el mundo por la reivindicación de la independencia, soberanía y autonomía de los pueblos cuyos derechos humanos se encuentren sometidos, disminuidos y violentados a los intereses del capital y poderes fácticos ajenos a las poblaciones locales.
Cuba se convirtió en un parteaguas en la historia del continente y del mundo. Representando la incansable lucha de un pueblo por su dignidad, enfrentando como David a Goliat, los diversos embates de un bloqueo económico por parte del gobierno mas poderoso del mundo: los Estados Unidos, que violenta los derechos humanos fundamentales de la población cubana. Además de traer el enfrentamiento de opiniones en defensa de sus logros sociales, donde la población humilde de Cuba, que era la mayoría, experimentó mejoras de vida, con acceso a la educación, salud, vivienda, y alimentación, y favoreciendo un cambio para los sectores explotados de la sociedad; contra aquellas opiniones que cuestionan su modelo político acusándolo de no respetar los derechos humanos, ni cubrir los índices sociales, incluso señalando que la isla hoy se encuentra en una posición inferior a la que tenía previo a 1959.
Opiniones que se han mantenido desde hace años, cuando la población cubana decidió su régimen político, también han sido años de sufrir las presiones y un bloqueo económico genocida, que la población ha tenido que enfrentar y sufrir, factor fundamental que agrava sus carencias, y pone trabas para el goce pleno de sus derechos humanos.
Fuente: CNDH México
[1] https://www.ecured.cu/Cuartel_Moncada
[2] https://www.publico.es/politica/revolucion-cubana-26-julio.html
[3] https://www.ecured.cu/Asalto_al_cuartel_Moncada_(1953)
[4] https://www.laizquierdadiario.cl/Revolucion-cubana-y-el-movimiento-26-de-julio
[5] https://repositorio.une.edu.pe/bitstream/handle/UNE/4075/REVOLUCION%20CUBANA%20DE%201959%20.pdf?sequence=1&isAllowed=y
[6] https://www.laizquierdadiario.cl/Revolucion-cubana-y-el-movimiento-26-de-julio
[7] https://www.publico.es/politica/revolucion-cubana-26-julio.html
[8] https://www.laizquierdadiario.cl/Revolucion-cubana-y-el-movimiento-26-de-julio
[9] https://www.ipf.gob.cu/sites/default/files/noticias/adjuntos/la-historia-me-absolvera-fidel-castro.pdf